
Situada a 922 ms. sobre el nivel del mar, tiene una extensión de 123,5 km2 y una población de 2.031 hab.
Como si de un puzzle se tratase, la Villa de La Iruela, olivarera y serrana, se compone de numerosas piezas, todas ellas núcleos hospitalarios y privilegiados por su paisaje, gastronomía y tradición. Auténticos reductos de paz que combinan el plateado olivar con los verdes bosques. Se trata de diecisiete pedanías y parajes con nombre propio: Burunchel, El Palomar, El Burrueco, Arroyo Frío, Fontanares, La Estrella, Mortalejos, Tramaya, El Pocico, San Martín, Pasada Barrero, Los Tíscares, Arroyos de Plaza, Juntas de Muriel, Nubla, Don Roque y Cañamares.
Como si de un puzzle se tratase, la Villa de La Iruela, olivarera y serrana, se compone de numerosas piezas, todas ellas núcleos hospitalarios y privilegiados por su paisaje, gastronomía y tradición. Auténticos reductos de paz que combinan el plateado olivar con los verdes bosques. Se trata de diecisiete pedanías y parajes con nombre propio: Burunchel, El Palomar, El Burrueco, Arroyo Frío, Fontanares, La Estrella, Mortalejos, Tramaya, El Pocico, San Martín, Pasada Barrero, Los Tíscares, Arroyos de Plaza, Juntas de Muriel, Nubla, Don Roque y Cañamares.
Patrimonio Historico
Castillo
Símbolo monumental de la localidad, el Castillo, constituye una parada inapelable para el visitante que quiera descubrir la huella que el tiempo ha dejado en este pueblo arropado por la serranía.
El castillo se encuentra asentado en una escarpada peña y su conquista presentó dificultades extremas no tanto por sus dimensiones y defensas como por el carácter abrupto y escarpado del terreno.


de Santo Domingo de Silos. En el segundo
recinto se erigen torreones defensivos, unidos entre sí por gruesos lienzos de muralla levantados en mampostería. En su interior se extiende un patio de armas, en cuyo subsuelo quedan las huellas de un aljibe. Finalmente, la Torre del Homenaje se asienta sobre el crespón rocoso más alto de la peña.
recinto se erigen torreones defensivos, unidos entre sí por gruesos lienzos de muralla levantados en mampostería. En su interior se extiende un patio de armas, en cuyo subsuelo quedan las huellas de un aljibe. Finalmente, la Torre del Homenaje se asienta sobre el crespón rocoso más alto de la peña.

Como reconocimiento por la conjugación entre la arquitectura y la belleza paisajística, fue declarado en 1985, Conjunto Histórico Artístico.
Ruinas de la Iglesia de Santo Domingo de Silos
Sus primitivos cimientos fueron puestos poco tiempo después de la conquista de la ciudad, en el primer tercio del S. XIII, aunque la mayor parte de la construcción tuvo lugar en el S. XVI, bajo el auspicio de Don Francisco de los Cobos, Marqués de Camarasa.


Casa Consistorial

Otros Monumentos
Otros edificios y lugares de interés para visitar en La Iruela, son la iglesia de la Inmaculada Concepción, la Fuente del Molino, el Lavadero municipal, la Ermita de los Desamparados y los miradores del Guadalquivir, desde donde se divisa la campiña olivarera.
La Ermita de San Julián, el templo del Espíritu Santo, La Fuente del Gusarapo y el poblado romano “El Silillo”, constituyen una amplia oferta para disfrutar en Burunchel.
Por último, y como monumentos presentes en el municipio podemos destacar los siguientes: el Torreón de Nubla, la Ermita de San Martín y el Eremitorio del Arroyo Magdalena.
Patrimonio Natural
La Iruela, ocupa dentro del Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas la mayor extensión de protección de Grado A. Su gran riqueza paisajística permite disfrutar de innumerables rincones llenos de vida, ideales para rutas naturales. Para conocerlos el visitante puede realizar diversas rutas, partiendo desde el mismo corazón del Parque Natural o bien desde el núcleo urbano de La Iruela.
Rutas en el Corazon del Parque

Emplazamiento: Al nordeste de la localidad, en pleno Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, justo en el río Borosa.
Distancia: 40 km.
Medio: En vehículo turismo y a pie.
Vía de acceso: Por la A-319 en dirección al Tranco; en la Torre del Vinagre, después de 32 km, nos desviaremos en dirección a la piscifactoría. Aquí seguiremos por una pista que conduce a la central eléctrica.
Distancia: 40 km.
Medio: En vehículo turismo y a pie.
Vía de acceso: Por la A-319 en dirección al Tranco; en la Torre del Vinagre, después de 32 km, nos desviaremos en dirección a la piscifactoría. Aquí seguiremos por una pista que conduce a la central eléctrica.

Emplazamiento: En pleno Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, cerca de la Torre del Vinagre.
Distancia: 35 km.
Medio: En vehículo turismo y a pie.
Vía de acceso: Por la A-319 en dirección al Tranco; en la Torre del Vinagre, después de 29 km, nos desviaremos en dirección a la piscifactoría. Aquí seguiremos por una pista que conduce a la central eléctrica.

Emplazamiento: Al nordeste de la localidad, en pleno Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, muy cerca de El Chaparral, justo a los pies del cerro de Cabeza Rubia.
Distancia: 26 km.
Medio: En vehículo turismo.
Vía de acceso: Por la A-319 en dirección al Tranco; después de 26 km, tomaremos la JF-7.095 en dirección al Chaparral. Antes de llegar a este punto, nos desviaremos a la derecha por una pista.
Distancia: 26 km.
Medio: En vehículo turismo.
Vía de acceso: Por la A-319 en dirección al Tranco; después de 26 km, tomaremos la JF-7.095 en dirección al Chaparral. Antes de llegar a este punto, nos desviaremos a la derecha por una pista.

Emplazamiento: Al nordeste de la localidad, en pleno Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, justo en el río Guadalquivir.
Distancia: 24 km.
Medio: Vehículo turismo.
Vía de acceso: Por la A-319 en dirección al Tranco; recorridos unos 24 km, antes de llegar al Chaparral, la carretera cruza el Guadalquivir a través de este puente.
Distancia: 24 km.
Medio: Vehículo turismo.
Vía de acceso: Por la A-319 en dirección al Tranco; recorridos unos 24 km, antes de llegar al Chaparral, la carretera cruza el Guadalquivir a través de este puente.
Rutas desde La Iruela
Dificultad: Baja
Tiempo Aproximado: 2 horas
Distancia: 5-6 Km.
Realizacion: A pie
Tiempo Aproximado: 2 horas
Distancia: 5-6 Km.
Realizacion: A pie

Seguiremos nuestro camino ascendiendo por la pradera que hay frente al santuario, dejando a la izquierda una masa de pinar. Al final de esta pradera, tomaremos el antiguo sendero de Prado Redondo, que asciende serpenteante por el roquedo, estando algunos de sus tramos esculpidos en la propia roca. Una vez que el sendero suaviza su trazado y se dirige hacia el norte, encontraremos una línea eléctrica que nos servirá de referencia. Por ser una zona muy rocosa, es frecuente la presencia de la especie animal reina de la sierra: la cabra montés. Otros animales, igualmente fáciles de ver, son la chova piquirroja, la corneja, y el colirrojo tizón en los espacios abiertos; el mirlo común, herrerillo, carbonero garrapinos, mito, etc. Tampoco faltan rapaces nocturnas como el mochuelo, el autillo o el cárabo.
Entre las múltiples especies de flora que se dan en la zona, merecen especial atención las plantitas “rupícolas”, perfectamente adaptadas a vivir sobre las propias rocas. Algunas de estas especies son: Globularia spinosa, Linaria lilacina, L. Anticaria, Potentilla petrophila, Polygala rupestris, Anthirrinum australe, etc.
Siguiendo con nuestra marcha pronto llegaremos a un arroyo, generalmente seco, que es cruzado por el camino y al que seguiremos por su margen a lo largo de unos doscientos metros. Llegado a este punto el camino se bifurca, y tomaremos el ramal de la izquierda que pasa por una lomilla descampada, limitada a su derecha por una masa de pinar. Desde esta loma se observa la cima de “La Mocha”, que queda ya a una altitud algo más baja a la que nos encontraremos y a la que accederemos, posteriormente, sin dificultad.
Un poco más adelante encontraremos la casa forestal de Prado Redondo, actualmente dedicada a aprisco de ganado. Junto a ella, los huertos abandonados se han transformado en frescas praderas, bordeadas de frondosos árboles caducifolios, tales como el chopo o álamo negro, nogal, olmo y cerezo. Desde la casa forestal continuaremos descendiendo por la senda a la que dejaremos cuando pasa frente a “La Mocha” y desviándonos un centenar de metros, llegaremos hasta su cima.
Seguiremos nuevamente por la senda que desciende zigzagueante por la ladera, hasta que llega a un cruce. Continuaremos hacia la izquierda y una vez pasemos la base del cortado de La Mocha, pronto llegaremos a nuestro punto de partida.
Entre las múltiples especies de flora que se dan en la zona, merecen especial atención las plantitas “rupícolas”, perfectamente adaptadas a vivir sobre las propias rocas. Algunas de estas especies son: Globularia spinosa, Linaria lilacina, L. Anticaria, Potentilla petrophila, Polygala rupestris, Anthirrinum australe, etc.
Siguiendo con nuestra marcha pronto llegaremos a un arroyo, generalmente seco, que es cruzado por el camino y al que seguiremos por su margen a lo largo de unos doscientos metros. Llegado a este punto el camino se bifurca, y tomaremos el ramal de la izquierda que pasa por una lomilla descampada, limitada a su derecha por una masa de pinar. Desde esta loma se observa la cima de “La Mocha”, que queda ya a una altitud algo más baja a la que nos encontraremos y a la que accederemos, posteriormente, sin dificultad.
Un poco más adelante encontraremos la casa forestal de Prado Redondo, actualmente dedicada a aprisco de ganado. Junto a ella, los huertos abandonados se han transformado en frescas praderas, bordeadas de frondosos árboles caducifolios, tales como el chopo o álamo negro, nogal, olmo y cerezo. Desde la casa forestal continuaremos descendiendo por la senda a la que dejaremos cuando pasa frente a “La Mocha” y desviándonos un centenar de metros, llegaremos hasta su cima.
Seguiremos nuevamente por la senda que desciende zigzagueante por la ladera, hasta que llega a un cruce. Continuaremos hacia la izquierda y una vez pasemos la base del cortado de La Mocha, pronto llegaremos a nuestro punto de partida.
Ruta 2: Nacimiento del Rechita
Dificultad: Baja-Media
Tiempo Aproximado: 2 - 2,5 horas
Distancia: 4 - 5 Km.
Realizacion: A pie
Tiempo Aproximado: 2 - 2,5 horas
Distancia: 4 - 5 Km.
Realizacion: A pie

A unos centenares de metros del cruce citado, encontramos junto a la senda una fuente con una pila que sirve de abrevadero a los gamos, cabras monteses, ardillas, etc., así como a las numerosas aves que frecuentan la zona. En las proximidades de la fuente vegetan algunas especies de plantas de carácter ripario que se mezclan con las típicas de los matorrales meso-mediterráneos. Así, junto a dos especies leñosas clásicas de los encinares subhúmedos, podemos observar a dos lianas lianas propias de las comunidades denominadas “en galería”, que acompañan a ríos y arroyos de todo el Parque. Además son frecuentes en este tramo otros arbustos o matas, tales como el guillomo o durillo blanco, el chaparro mesto, el matabuey, la esparraguera; así como múltiples labiadas. Igualmente en el roquedo se dan varias especies de plantitas rupícolas, incluso en los lugares frecuentados por el ganado el espacio es colonizado, a veces por terófitos nitrófilos, todas ellas ávidas del nitrógeno que contiene el sustrato y que es aportado por el estiércol de los animales.
En cuanto a las especies de fauna que podemos observar en esta ruta no difieren de las citadas en la primera. No obstante, como la presente va a pasar por dos bosques de chopos, en ellos podemos ver, algunos veranos, a un llamativo mirlo de color amarillo o verdoso. Se trata de la oropéndola, que con sus característicos silbidos pone la nota musical a las choperas y bosquetes caducifolios de ribera. Por la noche será otro pájaro emigrante, el ruiseñor común, el gran tenor de ese ecosistema.
Pero volvamos a nuestra ruta. Unos cincuenta metros antes de llegar a la citada fuente, en sentido ascendente sale entre los pinos un sendero que si lo seguimos nos llevará hasta la base del cortado del Escribano, donde existen unas ruinas árabes que, posiblemente, se utilizasen como refugio durante las refriegas bélicas. En la pared de la roca nos llamará la atención unas cruces pintadas sobre la misma. Y es que en los años 60, alguien soñó que aquí se apareció la Virgen y que las aguas de una fuente que se encuentra a un par de centenas de metros a la derecha, junto a un refugio, curaba a los enfermos. Era la época del utilitario 600, con el que venían gentes de toda la provincia a llevarse agua de la fuente milagrosa, aunque los resultados debieron de ser poco efectivos, ya que al poco tiempo todo esto pasó al más profundo de los olvidos. Con una media hora será suficiente para ver estas ruinas y beber en la citada fuente.
A continuación tomaremos otra vez la senda que pasará junto a pinos, hendirnos, encinas, guillomos, almeces, higueras y cornicabras. La seguiremos hasta que encontremos un viejo refugio situado a nuestra derecha a unos cincuenta metros de la senda. Nada más pasarlo dejaremos la senda y por una veredilla que sale a la izquierda nos dirigiremos a un bosquete de chopos que hay junto al arroyo y donde se encuentra la Fuente o Nacimiento del Rechita; un manantial de frías y cristalinas aguas.
Bajo los chopos nos llamará la atención unas calderas viejas, restos de un alambique para la destilación de esencia de lavanda que se encontraba antaño en este punto. Aquí finaliza la primera opción.
La segunda opción consiste en seguir el río Rechita aguas abajo a partir de su nacimiento, con lo que pasaremos por varias cascadas. La primera se encuentra sólo a medio centenar de metros de la fuente. Para bajar a ella hay que desplazarse hacia la izquierda del cauce, pasando obligatoriamente por un punto estrecho donde el sendero ha desaparecido y el que salvaremos tomando precauciones. Del mismo modo descenderemos otros dos escalones o poyos más, encontrándose en el segundo la cascada más bonita de cuantas existen en el Rechita. Ambas se sortearán por el lado izquierdo y alejándonos bastante del cauce. Finalmente, encontraremos en el mismo cauce una alberca de riego de la que parte una acequia, que seguiremos a partir de aquí. Existe un punto en el que la propia acequia forma una cascadilla por la que difícilmente podremos pasar. La sortearemos rodeándola por la derecha hasta volver a ella. A continuación la acequia va a pasar por otro escalón inaccesible. En este mismo punto nos desplazaremos otra vez a la derecha y hacia abajo hasta la proximidad de la cuarta y última cascada de nuestra ruta. A partir de aquí el camino ya no presenta dificultad alguna, tomando otra vez la acequia que nos llevará hasta una loma donde existen unos mojones de piedra y donde ésta se junta con el antiguo sendero del Poyo de los Gabinos, encima justo de la Fuente del Céfano. Siguiendo el sendero llegaremos hasta una pista, quedando una casa de campo a la derecha. Continuaremos por la pista de frente hasta encontrar la carretera de la que partimos.
Ruta 3: Puerto del Tejo y Laguna de La Iruela
Dificultad: Media
Tiempo Aproximado: 4 - 5 horas
Distancia: 13 - 14 Km.
Realizacion: A pie

Volvamos a tomar la senda y continuaremos nuestra ruta hasta cambiar de vertiente en el Puerto del Tejo (1.540 m) donde la senda se bifurca junto a una zona acotada por una valla metálica. Desde allí se divisan muchos lugares de este inmenso espacio protegido (Poyos de la Mesa, Peña Halcón, Los Ranchales, Calar de Juana,...). Si bajamos la mirada, entre el verde de los pinos asomará tímidamente el tejado rojizo del Parador de Turismo “El Adelantado”.
En el Puerto del Tejo tomaremos por la senda a la izquierda, que discurre por un sabinar dolomítico y cuyo trazado es casi llano o ligeramente descendente. Medio kilómetro más adelante se une al final de la pista que viene desde el Parador. Cruzaremos la línea eléctrica que seguiremos por la pista, que poco a poco va aumentando su pendiente descendente, hasta donde ésta hace una doble curva de elevación, quedando, en una de ellas, una isleta con dos pinos. En este punto abandonaremos la pista, tomando por un sendero que sale a la izquierda y hacia arriba. Pasaremos junto a la llamada “Laguna de La Iruela”, una dolina de fondo suave y poco profundo que se llena de agua en invierno y suele perdurar hasta principios de verano. Esta laguna queda a la derecha de la senda, que un poco más adelante alcanza la divisoria de aguas (1.500 m), cambiando de vertiente. Desde allí se tienen unas excelentes vistas de la zona de Burunchel y parte de la Sierra de Las Villas.
Descenderemos hasta llegar a un cruce donde nuestra senda se une a la que viene desde la Fuente del Oso. Tomaremos el ramal de la izquierda que continua descendiendo por una ladera de escaso arbolado, pero en la que abundan plantas aromáticas como la mejorana, la salvia, el tomillo, el romero y el espliego. Pronto pasaremos junto al refugio de la Fuente del Rechita. A partir de aquí nuestro camino ya coincide con el primer tramo de la citada ruta 2, pues pasados unos centenares de metros pronto divisaremos La Iruela y su espectacular castillo.
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